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Phelps y sus dos caras

Michael Phelps

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El máximo medallista de oro olímpico es uno adentro de la piscina y otro afuera

Michael Phelps parece estar atado a un patrón preocupante. Éxitos sin precedentes en la piscina, seguidos por problemas fuera del agua. El atleta olímpico más condecorado en la historia encara por segunda ocasión cargos por conducir en estado de ebriedad tras ser arrestado el martes por la madrugada en su ciudad natal Baltimore, donde según la policía conducía casi 64 kilómetros por hora por encima del límite de velocidad, y no pudo realizar satisfactoriamente las pruebas de sobriedad. Tampoco superó una prueba de aliento. Los documentos señalan que los cargos incluyen conducir en estado de ebriedad y manejar un vehículo bajo la influencia de alcohol. Los documentos judiciales no mencionan el nombre del abogado defensor ni una fecha para la audiencia en corte.

Los cargos son un balde de agua fría para el regreso de Phelps a las competencias, que parecía tan prometedor hace poco más de un mes cuando ganó tres medallas de oro y dos de plata en el Campeonato Pan Pacific en Australia. Aunque pidió perdón, la disculpa sonó bastante parecida a las que ofreció después de otro arresto por manejar borracho hace una década, al igual que cuando un tabloide británico publicó en 2009 una foto en la que aparecía utilizando una pipa de marihuana.

Es muy pronto para saber si el ganador de 18 medallas de oro en Juegos Olímpicos encarará alguna sanción de la federación estadounidense de natación, que no lo castigó en 2004, pero lo suspendió por tres meses después del incidente de la foto. Si es hallado culpable por el cargo de manejar bajo la influencia, encara una condena máxima de un año en cárcel, una multa de 1.000 dólares y la pérdida de su licencia de conducir por seis meses.

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