Decenas de personas que durante la pandemia han quedado sin empleos estables, debido a las medidas de cuarentena radical han optado por adquirir mercancía como chucherías, café, helados, entre otros y venderlos en las colas de gasolina.
José Pineda, quien tiene la responsabilidad de mantener un hogar con dos niños pequeños y necesita generar ingresos, comenzó a “rebuscarse” en la estación de servicio La Auxiliadora en San Antonio de los Altos.
“Llego muy temprano y me voy cuando oscurece, paso todo el día caminando entre la cola para vender mis productos”.
Cabe destacar que para lograr surtir con éxito en la bomba la espera es de aproximadamente 8 a 10 horas, por ende las personas también optan por hidratarse o comerse algo dulce en este caso.
Este negocio informal es supervisado permanentemente por funcionarios de Polisalias y otros instituciones ya que en ese municipio no están permitido los vendedores ambulantes.
“No te creas, no es nada fácil, es una pelea constante con los policías, a veces nos quitan la mercancía, o la cédula de identidad, y nos corren de las colas, por eso estoy vendiendo desde el elevado de La Rosaleda hacia abajo, que los efectivos no se acercan tanto” agregó. Otro ciudadano que vende helados agregó: “Las ventas son buenas cuando pega el sol, la gente busca cualquier cosa que les quite el calor, sé que no me haré millonario con esto pero al final del día logro llevar algo para mi casa”./SK/rp
