Algunos animales como las tortugas gigantes de las Islas Galapágos, el sapo contenedor de agua australiano, el sapo patas de espuelas, algunas ranas de árbol, entre otros, utilizan sus cuerpos como depósitos de agua.
Durante la época de lluvias almacenan el agua y logran sobrevivir durante meses, incluso durante años, como es el caso del sapo contenedor de agua australiano que sobrevive cinco años. Animales del desierto como las ratas canguro y los ratones de bolsa almacenan semillas y plantas con alto contenido de carbohidratos que les permite prescindir del agua.
Los camellos guardan hasta 36 kg de grasa. Por cada gramo de grasa que procesan obtienen 1,12 mililitros de agua. Existe otro grupo de animales que extrae el agua de su propio sudor, orina y heces, para bombearla nuevamente al organismo. Se les conoce como “los avaros del agua“.
Otros como el diablo espinoso de Australia, tienen la capacidad de absorver el agua a través de su piel. Sin embargo estos animales no están exentos de sufrir las consecuencias del cambio climático y sus vidas están en riesgo.
Fuente: BBC.com
