Una masilla cuesta hasta Bs. 5.252.000

Anelim González

Esta semana de flexibilización se presenta como una “bendición” para todos aquellos comercios que no cuentan con el permiso para trabajar durante la cuarentena radical y, esta semana, pueden abrir sus puertas al público.

Entre las tiendas que no son consideradas como sector priorizado, podemos hallar a los comercios de latonería y pintura que, hasta hace poco, mantenían sus Santamarías abajo.

Para los dueños de carros, mantenerlos en óptimo funcionamiento es muy importante, dado que muchos cuentan con su automóvil como la fuente de ingreso de su hogar. Por medio de la web, las tiendas ofrecían su mercancía por Mercado Libre u otra página.

En la actualidad, se puede vender y comprar a través de las redes, usando las mismas como propaganda del negocio, sin embargo, es importante que la tienda física pueda trabajar con normalidad para lograr pagar la nómina de sus trabajadores.

De acuerdo a un trabajador del rubro de los Altos Mirandinos, desde el inicio de la cuarentena, el número de clientes cayó de forma abrupta, ya que las personas solo están interesadas en la compra de alimentos, además de que no todas las tiendas pueden ofrecer un servicio delivery que lleve la mercancía a Caracas o, en su defecto, no dejan pasar a los vehículos de la compañía.

Comenta además que es complicado el transporte por parte de los proveedores, pues en su mayoría, la mercancía viene de la ciudad Capital. Al costo de la mercancía le aumentan lo que se puede perder en las alcabalas, si es que logran llegar a Los Teques.

Entre los pocos artículos que se han podido vender, la mayor demanda se encuentra en la masilla y transparentes de poliuretano. Sus precios varían de acuerdo a la marca y el tamaño, ubicándose desde los Bs.2.500.000, Bs.4.700.000 y Bs.5.252.000 la masilla y desde los Bs.1.200.000, Bs.2.000.000 y Bs.8.500.000 el galón. Fotografía: Yuliettsha Molina