Las familias viven al borde de un barranco
MARIBEL SÁNCHEZ
“Hace casi un mes iniciaron los trabajos de mantenimiento en la Autopista Regional del Centro, a la altura de Charallave, Paracotos y la vía de Las Tejerías, que incluyó la limpieza de cunetas. Eso es maravilloso y nos alegra el buen trabajo que las autoridades vienen adelantando en ese sentido. Sin embargo, existe un daño colateral, el que sufren ahora nuestras viviendas, las cuales quedaron al borde del colapso”.
De esta forma se expresó Leida Azualta, residente de la calle El Bachaquero, sector El Paraparo, parroquia Paracotos, quien expresó que durante el operativo las máquinas removieron un metro del talud que sirve de soporte a 20 viviendas, lo que generó cierta desestabilización del terreno que también se ve golpeado por un torrente de aguas que cae desde la autopista hacia las casas.
“Estamos preocupados por la situación actual y futura de 10 casas, porque con las intensas lluvias eso socava constantemente. No sabemos en qué momento puede pasar lo peor, aquí hay niños, adultos mayores y personas con discapacidad. Estoy hablando de buenas estructuras con paredes bien levantadas, cerámica y todo”.
Llamado a las autoridades
A pesar que algunos inmuebles no han mostrado señales de agrietamiento, otros lugareños se mantienen en alerta permanente porque han notado resquebrajamiento en las paredes y columnas; razón por la cual emiten un llamado urgente al equipo de Protección Civil para que se apersonen a realizar una inspección de riesgo que les brinde mayores luces de los siguientes pasos a ejecutar.
“Uno de mis vecinos de abajo está pegadito al barranco, si su casa se va en un deslizamiento le van a seguir de inmediato la mía y la de mi hijo. Ojalá que la medida que nos dicten tras la inspección sea respaldada por el Gobierno, ya que no tenemos recursos propios para hacerle frente a lo que siga”.
Yaneira Carrillo, afectada, pide que canalicen la cuneta de forma continua para que no se desvíe el agua hacia el callejón y hacia sus casas. “Tengo 33 años viviendo acá y nunca habíamos pasado algo como esto”.
Bomba de tiempo
Yuli Arguinzones, vocera comunal, precisó: “Muchos de los vecinos tienen sus aguas residuales cayendo directo hacia el terreno y eso también lo debilita, hace falta un empotramiento de tuberías para que esos fluidos se canalicen hacia una alcantarilla y de ahí hacia la quebrada”.
En 2011 el consejo comunal del sector introdujo ante la Alcaldía de Guaicaipuro un proyecto para realizar esta obra, sin embargo, no obtuvieron respuesta; por lo que en 2018 volvieron a presentarlo, sin que para la fecha haya algún pronunciamiento al respecto.
Les preocupa que la acción de las aguas pluviales, residuales y el movimiento causado por la maquinaría durante la limpieza de las cunetas causen un efecto devastador. “Es una bomba de tiempo, todas las casas pueden venirse abajo y dejar sin techo a muchas familias”.
