Pasar un día recreacional cuesta un ojo de la cara

El asueto por la época de Semana Santa generó que muchos tequeños decidieran hacerle un huequito a su economía personal y tomarse un descanso en las playas del territorio nacional. Tal es el caso de Marisol Pérez, quien indicó que planeó un viaje con un cuatro amigos para Tucacas y gastaron, aproximadamente, Bs. 3.000 diarios.

Contó       que “fuimos a playa Merú dos días, para trasladarnos tuvimos que alquilar una lancha en Bs. 2.000. A eso se le suma el toldo que nos salió a Bs. 700 y cada silla en Bs. 200. Para comer, nos llevamos atún con papa y zanahoria porque un plato de pescado te lo quieren meter en Bs. 2.000”. Asimismo, señaló que “últimamente viajar se ha vuelto muy costoso, sino no hubiese sido porque unimos fuerzas con los salarios de cada uno, nos quedábamos encerrados en la casa”.

Por su parte, Rafael Gavidia, manifestó que se fue a la Guaira y gastó igual o más de lo que podría dejar en un centro comercial en la ciudad. “Algunos dicen que está difícil la situación, un baño de agua salada se convierte en una misión imposible. Sin embargo, si uno se planifica bien, puede hacerlo”.

“Aquí en los Altomirandinos, recorriendo estos sitios destinados a la venta de comida y ropa, o yéndose a una de estas piscinas, como la del club Hispano o el Pan de Azúcar, se gasta un realero. Nada más con los antojos de los chamos, que siempre quieren comerse a cada momento una chuchería, un refresco o un helado”.

Algunos vacacionaron en la sala de su casa

Esta temporada no fue color de rosa para muchos, pues no tuvieron otra opción que quedarse descansando en casita. Aseguraron que no tuvieron el suficiente dinero para viajar. Aurora Ramírez, habitante, recordó que anteriormente iba a Margarita, pero este año eso quedó como un simple anhelo. “Lo que hice fue quedarme en la comodidad de mi hogar porque las cosas están muy costosas para uno andar despilfarrando el dinero en tan poco tiempo. A uno le hace falta darse sus gustos, pero con esta situación hay que aguantarse”.

Otra ciudadana, Dilcia Landaeta, expresó que “no pienso estar pasando trabajo, uno tiene que ser realista y afrontar que no hay plata. La calidad de vida ha bajado muchísimo debido a que la situación económica está golpeando notoriamente el disfrute sano de las familias”.

Del mismo modo, Lisset Carrero dijo que solía ir a Chichiriviche por esta época, pero decidió no salir. “Ahorita no se consigue nada y eso que estamos en la capital de un estado, por otras zonas la cuestión es más tediosa y de paso todo es más costoso; ni loca me iré a gastar lo que no tengo”.

Aprovecharon los días libres para comprar

El trajín laboral hace que muchos padres tengan que hacer maromas para conseguir los alimentos. “El bronceado que tenemos no es precisamente de playa, sino de estar parados por horas en filas kilométricas para obtener cierto producto de primera necesidad”, acotó una compradora que prefirió no revelar su nombre.

Ángel Calderón destacó que lo único que hizo fue comprar porque no es muy amante de los viajes, ya que los considera un desfalco a la cartera. “La masa no está pa’ bollo, así que debemos distribuir los billetes en la canasta alimentaria”./Adrian Rivero/ecg/Foto Andreina Aleman