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Troneras se apoderan de vías agrícolas de San Pedro de los Altos

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Periodistas de Avance

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Vecinos aseguran que la problemática tiene una década

A pocos minutos de Los Teques, capital del estado Miranda, se ubica la parroquia San Pedro de los Altos, una de las más productivas del municipio Guaicaipuro, pero que atraviesa por un difícil momento que va desde el deterioro de los servicios públicos hasta el decaimiento de su principal actividad económica: la agricultura.

De acuerdo con el testimonio de algunos productores encuestados trabajar la tierra se complica cada día más, pues los insumos aumentan de precio constantemente, la escasez de efectivo imposibilita la realización de transacciones y el pésimo estado de la vialidad del sector Romerito y la ruta que comunica con Pozo de Rosas dificultad el ingreso de camiones y otros vehículos.

“El mal estado de la vía se debe a la falta de mantenimiento, llevamos más de siete años con todas esas troneras, nosotros mismos tratamos de tapar los huecos con tierra, pero apenas llueve perdemos el trabajo”, comentó Joao Duarte, quien se desempeña como pequeño agricultor.

Indicó que la única capa de asfalto fue colocada en los gobiernos de la denominada cuarta república y desde entonces no han vuelto por la zona obreros de la Alcaldía, Gobernación u algún otro ente. “Aquí no viene nadie del Gobierno. Cada quien hace lo que puede por sus propios medios”.

Al ser consultado sobre cómo evalúa el estado de la actividad agrícola en la parroquia respondió que “muy mala” en vista de que “no hay implementos, no hay fertilizantes, ni pesticidas. Todos los insumos se consiguen bachaqueados afectando directamente al pequeño agricultor que no tiene como pagar esos altos precios”.

Una opinión similar expuso María Teresa Campos, vecina de la zona, quien destacó que la mayoría de los huecos son producto de las lluvias de los últimos años y la falta de atención por parte de las autoridades conllevando a que un problema que se pudo corregir en su momento se haya expandido al punto de que las carretas están al borde del colapso.

A lo largo de ambas vías se pueden contabilizar más de un centenar de troneras, que varían de tamaño y profundidad, y que llevan a los conductores a realizar improvisadas maniobras para evitar daños a sus vehículos. “Esto es un desastre cuando llueve, baja mucha agua y las torrenteras están tapadas, el que tiene y el que no tiene carro pasa trabajo”, puntualizó Campos.

Otra queja común entre productores y vecinos fue la escasez de alumbrado público. En el caso de Romerito no hay ni un solo poste a lo largo de más de tres kilómetros de vía, lo que los ha obligado a instalar pequeños bombillos a las afuera de sus casas para medio iluminar el camino, además, coincidieron en que los niveles de producción y las capacidades de la parroquia pueden elevarse si reciben la atención gubernamental necesaria.

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