Trabajadores esperan un ajuste y consideran insostenible vivir con lo que ganan
DORIANA BORREGO
Hace un año que el salario mínimo en Venezuela ha estado estancado en Bs. 130 mensuales desde el último aumento decretado el 15 de marzo del pasado 2022. Esta cifra equivale aproximadamente a 5,41 dólares, de acuerdo con la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela.
El aumento del salario, que en su momento representó una gran mejoría para muchos, al pasar de aproximadamente $2 a $30 percibidos mensualmente, se volvió insuficiente debido a la depreciación de la moneda y la creciente inflación, lo que ha generado gran descontento en la población trabajadora, que no cuenta con la remuneración adecuada ni para cubrir el 10% de las necesidades de una familia.
“La indexación se ve cada vez más lejana, pero parece ser una de las medidas que brindarán cierto alivio a la población trabajadora. Ya un año desde que se hizo el último ajuste, pero la gente sigue teniendo que comer y salir a trabajar, no hay una manera sencilla de mantener un hogar, la población está cada más cansada y la economía no brinda un apoyo para esta situación”, señaló Misael Moreno, economista.
La cifra denominada como un “pago de hambre” por múltiples Organizaciones No Gubernamentales (ONG), como Provea, no permite que los ciudadanos mantengan un estilo de vida óptimo, en el que cumplan con todas las necesidades humanas sin preguntarse diariamente si sus ingresos llegarán a fin de mes.
Los trabajadores públicos y los pensionados representan uno de los sectores con una peor remuneración de acuerdo con los análisis realizados por distintas organizaciones, como el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).
Se estima que la cifra mínima a percibir debe rondar los $400, únicamente para poder cargar con los costos de la canasta alimentaria de una familia, sin incluir otros rubros como los servicios, la educación y la salud.
“Es triste ver que ya llevamos un año con este salario. Ya son muchos días sobreviviendo, en lugar de vivir. Todos los días pienso en como haré para salir adelante, pero pareciera que cada vez limitan más a los que trabajamos honradamente, nuestras ganancias se deshacen como agua”, señaló Alexandra Acevedo, empleada pública./at