Conductores tienen que lidiar con la falta de iluminación y la delincuenciaEl deficiente estado de la carretera que va desde San Pedro de los Altos hasta Pozo de Rosas sigue siendo un foco de denuncias para los habitantes de las comunidades aledañas y quienes día a día transitan por el lugar.

A lo largo se la vía se puede observar gran cantidad de baches, pero los puntos más críticos son los adyacentes a Villa Trinidad, La Florencia y Garabato, donde los conductores deben realizar improvisadas maniobras para evitar caer en los huecos y generar daños mayores a sus vehículos.

“Necesitamos un rústico para pasar por acá, yo tengo un carro pequeño y el daño al tren delantero se va acumulando con el tiempo, ahorita mantener un vehículo está difícil. Es urgente un plan de asfaltado en la zona, sobre todo en los primeros tramos”, manifestó José Bermúdez, quien reside en La Florencia.

Por su parte, José Gavidia, de Garabato, afirmó que después de ciertas horas el acceso a ciertos sectores tiende a ser complicado. “Desde el pueblo de San Pedro suben taxis y jeeps, pero solo hasta ciertas horas, la vialidad está muy mala y este problema tiene tiempo”.

El transporte público es complicado

Benito Romero, de Pozo de Rosas, sostuvo que para llegar desde San Pedro se torna algo complicado. “Se puede hacer cola para subir en unos jeeps que cobran Bs. 9,50, pero uno se tarda mucho. También hay carritos por puesto que cobran Bs. 50 en adelante por pasajero, dependiendo de lo lejos que se vaya”.

Sobre la vialidad, reiteró que las condiciones son terribles y que no recuerda cuándo fue la última vez que un organismo público se hizo cargo de su reparación o mantenimiento.

Cuando llueve es un desastre

Entre las carencias resaltan la ausencia de alcantarillas y la obstrucción parcial de algunas torrenteras. Varios de los encuestados dieron fe de la gravedad de este aspecto, al asegurar que cuando las precipitaciones son fuertes la vialidad se vuelve prácticamente intransitable.

“Esto es un desastre cuando llueve, baja mucha agua y las torrenteras están tapadas, el que no tiene carro pasa trabajo. Los jeeps generalmente demoran mucho en pasar, pero cuando llueve se tardan mucho más”, enfatizó Bermúdez.

De noche es un peligro

Una queja constante entre los consultados fue la falta del alumbrado en gran parte de la carretera. Destacaron que  varios bombillos se han quemado y no hay ente que los reemplace. Aunado a esto, la falta de demarcación puede generar situaciones riesgosas cuando cae la noche, tanto para los choferes como para los peatones.

En el lugar también hay algunas fallas de borde que no están señalizadas. Bermúdez apuntó que quienes conducen con frecuencia por esta calle están conscientes del peligro y son más cautelosos, el problema  surge con los que pasan de vez en cuando, “es así como suceden los accidentes”.

Entre los trabajos de mantenimiento que mayor falta hacen resalta el desmalezamiento, pues las cuadrillas de la Alcaldía tienen un rato largo sin ir.

Los afectados aplaudieron el esfuerzo de algunos vecinos en organizarse y limpiar un poco las zonas, por lo menos donde el monte está más alto.

Contaron que quienes se encargan de esta labor piden una colaboración a los conductores; sin embargo, esto no es lo ideal, por lo que realizaron un llamado a los organismos pertinentes para que den una solución.

La inseguridad no da tregua

Entre los vecinos son muy comunes los cuentos de los productores agrícolas que han pasado por situaciones de secuestro o han sido víctimas de atracos.

Esta situación también perjudica al resto de la población, que demanda mayor presencia policial en la carretera, así como iluminación para ponerle un parao al hampa.

José Rojas, quién no reside en el sector pero transita constantemente por la vía, advirtió que después de ciertas horas es un peligro pasar por el lugar. “Los delincuentes aprovechan que la vía se encuentra tan mal para que los vehículos se detengan y hacer de las suyas. Hay huecos, barrancos e inseguridad”./ac

Por: Samuel Pérez/Foto: Karines Sabino