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Mejoras sociales disminuirían malas prácticas policiales

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Periodistas de Avance

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El 25 de mayo, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Gustavo González López, ordenó la inspección a 37 cuerpos policiales en todo el país, a fin de detectar malas prácticas.

Destacó que serían abordados 23 organismos estadales y 14 municipales, de los cuales se recibían constantes denuncias sobre irregularidades en los procedimientos y de la ética de algunos funcionarios.

“También inspeccionaremos parques de armas, salas de evidencias, áreas disciplinarias y de denuncias, así como el área de recursos humanos, con el fin de verificar reposos y fuerza operativa de los cuerpos policiales”, dijo en su momento.

Avance realizó una investigación, a fin de detectar las causas que llevan a los funcionarios policiales a incurrir en algunos actos de corrupción y de malas prácticas. También se conversó con la gente en la calle, para conocer su opinión acerca de la actuación de los cuerpos de seguridad y el nivel de confianza que depositan en los mismos.

Habla la gente

 En Venezuela la profesión del policía está estigmatizada, puesto que los ciudadanos mantienen un concepto de que los oficiales están inmersos en prácticas de corrupción, y en el peor de los casos de extorsión y violación a los derechos humanos.

En este sentido, se recogieron algunos testimonios de personas cuyos datos se mantendrán en reserva por motivos obvios. Todos estos han tenido problemas con funcionarios por malas prácticas, de manera directa o indirecta.

“Ahorita roban a uno y no provoca ni poner una denuncia. Cuando hay suerte agarran al choro, pero uno igual tiene que resignarse a no ver más sus pertenencias, así sean recuperadas”, aseguró un ciudadano al que llamaremos Víctor García.

Por su parte, otro cooperante dijo que “por cualquier cosa quieren quitarle plata a uno, te intimidan, y si no conoces las leyes, estás fregado. Los polinacionales siempre quieren pasarse de matraca con los choferes, eso es una realidad, a muchos les ha pasado”.

“El policía tiene su sueldo, pero eso le alcanza para una chuchería, sus verdaderos ingresos tiene que conseguirlos a punta de pistola. Es lamentable, pero uno debe ponerse en su lugar, porque como están las cosas hay que hacer todo lo posible por garantizar el sustento de la casa”.

Los honestos están de brazos atados

La heroica labor de los efectivos no debería ser puesta en duda, ya que día a día salen bien temprano de sus hogares, se colocan su chaleco y se guindan su placa y su pistola; no obstante, no saben si regresarán a la noche.

Se conversó con un funcionario retirado, que explicó que una de las cosas más difíciles para un colega será lidiar con sus compañeros inmersos en malas prácticas en algún momento de su carrera.

“Lamentándolo mucho, hoy día el sueldo no da para mantener un hogar, hay varias tentaciones. Por ejemplo, si se decomisan drogas, se pueden devolver a los microtraficantes y se les cobra una vacuna. También hay gente de plata que incurre en delitos y busca sobornar a los oficiales con una suma de dinero mucho mayor a la que ganarían honradamente en un mes”.

Explicó que algunos oficiales sucumben ante estas tentaciones, a causa de sus necesidades, y que esto se puede ver en varios niveles, que van desde aceptar un soborno o cobrar una vacuna a un jibaro, hasta practicar actos de extorsión a un ciudadano. “Eso depende de la ética, las necesidades y de lo corrompido que se encuentre el entorno de un funcionario”.

Puntualizó que lo peor que le puede suceder a un efectivo honesto es tratar de lidiar con un compañero corrupto. “Tú vas a estar al tanto de lo que está pasando, tienes que decidir entre quedarte callado o formar parte”.

 Causas

Se conversó con el abogado penalista y exdirector de la policía de Guaicaipuro, Isidoro GallRincón, quien sostuvo que el Estado debe hacer importantes inversiones sociales para frenar este fenómeno.

“Personalmente me da rabia saber cuánto gana un policía”, dijo refiriéndose a las necesidades que puede tener un funcionario y que no quedan cubiertas con su salario.

 

“Hay policías alejados de las prácticas normales, te quitan un carro y tienes que darle una cantidad de dinero, también hay que pagar para que entreguen los bienes recuperados”.

 

Enfatizó que el Estado debe garantizar una buena sustentación jurídica y económica a estos servidores. En este punto entraría la inversión social para que los funcionarios puedan salir de las barriadas. “Los muchachos ya no pueden salir de sus casas y sentirse seguros, porque sus enemigos están dentro de la misma comunidad”.

 

“Esto se trata de inversión, cultura, hay que tomar conciencia de que todos somos los responsables de la seguridad. Nuestros dirigentes solo ven hacia los lados, en lugar de ser conscientes y críticos”.

Para prevenir

En materia preventiva, destacó que los mecanismos internos en los organismos son bastante pobres y “obedecen a un departamento donde los compañeros tienen que enjuiciarse entre ellos mismos. Cuando algunos han incurrido en irregularidades frecuentes, hay complicidad entre los mismos funcionarios”.

“El que es honesto tiene que enfrentarse a funcionarios alejados de las buenas prácticas policiales, eso hay que corregirlo, hay que invertir en nuestros organismos policiales para darles seguridad social a nuestros funcionarios”.

Estigmatizados

Otro aspecto que también afecta a los policías venezolanos son los estigmas y conceptos errados que mantiene la sociedad sobre ellos, a tal punto que sus familiares también se ven perjudicados.

“Hay que garantizar una serie de aspectos culturales. No puede ser posible que todo hijo de policía sea considerado como un delator, y que la sociedad tome represalias en contra de los familiares”.

 

Enfatizó que algunos individuos tienen un rencor infundado en contra de los uniformados, y que tanto los efectivos corruptos como los correctos se ven afectados.

 

“El hijo del policía es estigmatizado y el hijo del delincuente crece con un rencor hacia él y hacia sus familiares”.

 

Por último, Gallo Rincón recomendó a los ciudadanos que se vean afectados por malas prácticas policiales a que acudan a la Fiscalía a formular su denuncia para que los agravios no queden impunes./ac

 

SP/

 

 

 

 

 

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