Quienes tienen limitantes dentro de su dieta diaria debido a una reacción negativa hacia ciertos componentes, se han enfrentado durante mucho tiempo a un mercado bastante reducido, al momento de adquirir alimentos que puedan consumir sin ninguna consecuencia. Durante los últimos meses, se ha observado que las tiendas comienzan a ampliar las opciones para quienes lo necesitan.
“Es más fácil conseguir distintas marcas de leche deslactosada o de almendras, incluso algunos tipos de yogurt y queso sin lactosa. Antes ni la leche en polvo de este tipo se conseguía pero vamos avanzando poco a poco”, explicó Luisana Andrade, quien mantiene una dieta libre de lácteos y gluten.
Agregó que el panorama se ha vuelto mucho más positivo, dado que existe “mayor diversidad para alérgicos a algunas semillas, celiacos e incluso para quienes presentan reacciones adversas a algunas nueces. Todavía hay escalones por subir pero ya existen condiciones favorables”.
Si bien existen múltiples artículos que pueden consumir sin riesgos, los costos todavía se posicionan hasta en $3 o $4 más que los de ingesta regular, por lo que pocos pueden mantener este estilo de vida. /DB/ct