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Carreteras venezolanas teñidas de sangre

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Periodistas de Avance

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GLORIMAR FERNÁNDEZ

 

Mónica Spear volvió a ser nombrada este viernes por miles de venezolanos que la recordaron, al despertar con la noticia de la muerte de los peloteros Luis Valbuena y José Castillo, en similares condiciones a la de ella y su esposo en enero de 2014.

Transcurridas casi 24 horas de este suceso que enlutó a la pelota venezolana, el gobernador de Yaracuy, Julio León Heredia informó de la captura de cuatro personas que asaltarían a los beisbolistas en la carretera, no obstante, no se han proporcionado mayores datos ni hay información oficial del móvil del suceso.

Pero sí sobran las hipótesis así como las declaraciones extraoficiales de compañeros y funcionarios de diferentes cuerpos policiales que estuvieron en la escena del suceso.

Pasada la 1 de la mañana del 7 de diciembre los beisbolistas, que formaban parte de los Cardenales de Lara, se desplazaban junto a su chofer y el pelotero Carlos Rivero en una Fortuner placas AD6-68SV, color blanco.

Iban por la Autopista Centro Occidental Cimarrón Andresote de Yaracuy en una caravana compuesta por compañeros de equipo. Un peñón en el medio de la vía fue el que hizo que el conductor perdiera el control del volante y volcara.

Durante el incidente que ocurrió ante los ojos del pitcher Elvin Escobar que conducía la camioneta que iba detrás, el automotor dio varias vueltas en el aire ocasionando que los fallecidos salieran expelidos por las ventanas muriendo instantáneamente.

El chofer y Rivero resultaron ilesos, fueron ellos los que prestaron los primeros auxilios a los peloteros sin éxito. Sus compañeros comenzaron a llegar unos tras otros, incluyendo el autobús en el que iba el equipo, donde debían estar viajando Valbuena y Castillo y del que se bajaron minutos antes de arrancar para irse con Rivero.

Mutó el secuestro 

Las denuncias hechas por viajeros y camioneros durante los últimos cuatro años sobre robos y secuestros en las diferentes carreteras que comunican el país son incontables. Situaciones que se han acrecentado durante 2017 y 2018.

Como si se tratase de células que siguen las directrices de una sola persona, se desenvuelven bandas de delincuentes que no tienen ningún tipo de conexión aparente.

Arrojan obstáculos en la vía –más que todo peñones y miguelitos- y es cuando el vehículo se descontrola que salen delincuentes que permanecían escondidos en matorrales a robar a los choferes malheridos y en ocasiones muertos.

Policías que llegaron al lugar de la muerte de los peloteros dijeron que posiblemente delincuentes que pretendían aplicar el modus operandi descrito no actuaron en vista de la llegada de sus compañeros.

“En el mejor de los casos te interceptan, te quitan todo lo que cargas dentro del carro y te dejan ir, en el peor te arrastran para el monte en modo de secuestro”, dijo una fuente del Cicpc.

Este tipo de casos se repiten casi semanalmente en la Troncal 9 del estado Miranda, donde una peligrosa banda de delincuentes, todos oriundos del pueblo de San José de Río Chico y plenamente identificados actúan a sus anchas.

Atraviesan obstáculos en la vía, aguardan a que conductores disminuyan la velocidad, los abordan y los llevan al bosque en calidad de secuestrados.

Pese a que el rescate de víctimas de plagio se ha vuelto rutina por esos lares para la policía científica, hasta el momento no se ha llevado a cabo una operación especial para desmantelar esta peligrosa agrupación que cobra sus rescates en dólares y posee potente armamento.

Hasta el 31 de octubre de este año, la División Nacional Antiextorsión y Secuestros del Cicpc contabilizaba 180 plagios en todo el territorio nacional. Buena parte de estos casos ocurrieron de manera fortuita en diferentes carreteras.

Camiones y gandolas el blanco

La crisis social y económica así como el flagelo del hampa no han podido paralizar el país, pues quienes aquí siguen trabajando buscan la forma de sortear todos los obstáculos.

Tal es el caso de conductores de camiones y gandolas que diariamente transportan comida a toda Venezuela. Los que vienen del occidente y centro del país hacen una parada obligatoria en Clarines (Mir) desde donde son escoltados por la Guardia Nacional Bolivariana hasta el peaje de Los Potocos, justo antes de Barcelona.

Esta medida lleva más de dos años de implementada debido a los constantes saqueos perpetrados por vándalos que salían del monte.

Los que transitan el sector Cantarrana que está en la Carretera Nacional Lara-Zulia, justo entre Puricaure hasta El Venado no corren con la misma suerte ya que están expuestos a los ataques que la banda que está allí perpetra. Ellos arrojan bombas molotov a camioneros para desestabilizarlos, hace dos meses y medio incendiaron una gandola.

En la Carretera Nacional Cumaná-Carúpano combinan las molotov con miguelitos, al igual que en la vía de Guatopo –que comunica Barlovento con los Valles del Tuy-

Secuestradores y piratas de carretera también operan en la recta de La Viuda que es la vía que comunica El Tigre con Puerto Ordaz y la autopista nueva Puerto Píritu-Barcelona.

La falta de alumbrado, pésimo estado del pavimento y ausencia de vigilancia a lo largo y ancho de las vías que interconectan el país son el aderezo a otra de las bombas de tiempo que afectan la calidad de vida del venezolano.

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