El bajo rendimiento escolar puede ser generado más por un bloqueo emocional, que por las habilidades del estudiante.

Un niño que está creciendo en un ambiente hostil, bajo presión, con riesgos de maltrato físico y emocional puede mantenerse en un estado de alerta para protegerse, por lo que su enfoque y atención no están en el aprender.

La especialista en procesos de aprendizaje Melissa Paiva declaró que “hay situaciones que podemos definir como menos complejas, pero que igual afectan el estado emocional del niño, como la pérdida de una mascota, el confinamiento o la escasa socialización con sus pares”.

“Así como a veces el adulto siente la necesidad de conversar con un amigo, salir a tomar aire y despierta sin ánimos, a los niños también les pasa”.

Por lo tanto, es muy importante que el tiempo de descanso y recreación se respete, priorice y sea tomado en cuenta como parte fundamental en su desarrollo”.

Manifestó que se debe cuestionar el clima emocional que se presenta al momento de las actividades escolares, “procure ofrecer seguridad afectiva, haga saber al niño que esta para ayudarlo y no juzgarlo. Tome en cuenta la importancia de las rutinas, mantenga horarios, esto genera más tranquilidad en ellos porque ya saben cuáles acontecimientos siguen”./EF/rp