El dióxido de Carbono, el olor, el color negro e inclusive algunos tipos de sangre atraen a los mosquitos, que necesitan sangre para generar nuevos huevos.

Tras conseguir la cantidad proteica necesaria, ponen huevos en un entorno acuoso. Estos se convierten en larvas y en tan sólo cinco días se libera un nuevo individuo que replicará el ciclo de su madre.  Existen más de 3.500 especies y sólo unas 200 se alimentan de los humanos y de algunos animales.

Según algunos estudios científicos, se ha demostrado que existen ciertas características que hacen que unos reciban más picaduras que otras personas.

Un estudio publicado en ‘Journal of Medical Entomology’ demostró que las personas con tipo de sangre 0 son picadas el doble que las personas con sangre de tipo A, mientras que personas con grupo B estarían a medio camino entre ambas.

Otros estudios han demostrado que el color negro y rojo atrae a los mosquitos, mientras que el amarillo  y el verde los aleja. También son atraídos por las altas temperaturas. Gracias a su olfato identifican las mejores zonas para picar, como son los pies y tobillos.

Los mosquitos detectan a sus víctimas hasta a 40 km. de distancia a través de unos receptores olfativos, en especial a quien consuma cervezas, a las mujeres embarazadas o los pacientes con malaria. https://as.com/actualidad/LO.