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80 reos de Polimiranda inician huelga de hambre

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Reos exigen respuesta de ministra Iris Varela

Andreína Ibarra. Solo agua y caramelos consumen más de 80 reclusos que permanecen en la comandancia de la Policía de Miranda, en la avenida Bicentenario de Los Teques, pues aseguran que están hacinados en siete celdas pequeñas y les niegan los traslados por problemas políticos.

Ellanny Rangel, esposa de un recluso, aseguró que al imputado le dictaminaron libertad plena pero aún está encarcelado por retrasos en el papeleo de los tribunales. “Mi pareja tiene dos semanas detenido por faltarle el respeto a un policía y hace una semana lo declararon libre, pero todavía está aquí porque el juez del Tribunal Segundo de Control retrasa las causas”.

Las mujeres dialogaron con los uniformados, a quienes les manifestaron su descontento por la emergencia registrada durante la visita del miércoles, en la que varias de ellas salieron desmayadas y vomitando por el poco espacio habilitado para su permanencia en la comandancia.

Durante algunos minutos decidieron trancar la avenida hasta que llegó Jacobo Schut, representante de la Defensoría del Pueblo, que conversó con los reclusos y recibió un pliego de peticiones. Por su parte, varios privados de libertad, en conversación telefónica con el equipo de Avance, exigieron a la ministra Iris Varela que tome cartas en el asunto, pues ellos no tienen la culpa de las diatribas políticas.

“Dormimos en el piso y tenemos que esperar hasta tres horas para ir al baño, por lo que a veces tenemos que hacer nuestras necesidades en la celda. Además tenemos los músculos atrofiados porque ni siquiera podemos caminar, se supone que debíamos estar aquí 15 días pero algunos ya tienen hasta un año en esta situación”, sentenció un reo que prefirió no identificarse.

Asimismo, Glenys Mendoza, madre de un imputado, reclamó que “Varela es la ministra de Servicios Penitenciarios a nivel nacional, entonces no es posible que ella no asuma el problema porque se trata de la Gobernación de Miranda. Estos muchachos sobreviven en condiciones precarias y el Gobierno de manos cruzadas”.

Por su parte, Joselyn Almeida, hermana de un recluso, advirtió que “aquí ni siquiera les garantizan la comida. Mi hermano tiene vómito, diarrea y sufre de la cervical y todos hacen caso omiso, los presos no son perros. Al causa de mi hermano ya lo trasladaron para Tocorón y a él nada que le dan respuesta, ya basta de tanto abandono”./sa/Foto: Jesús Tovar

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