Su primera experiencia a nivel profesional fue en Avance
Una periodista implacable, dotada de una excelente ética profesional, espontánea, trabajadora y muy emprendedora, por supuesto son las características que distinguen a Jeetsica Fernández. Una comunicadora social con 23 años de trayectoria que creció y se formó gracias al recibimiento que le dio este prestigioso medio impreso en la década de los 90.
“Comencé a ejercer el periodismo en abril de 1994, cuando ingresé al diario Avance bajo la figura de pasante, mientras cursaba el 3er semestre de comunicación social en la Universidad Central de Venezuela. El colega Oscarlo Lara, quien era mi compañero en la universidad, ya trabajaba allí, y me motivó a comenzar esa faceta laboral que combiné con mis estudios durante toda mi carrera”.
Para su llegada fue recibida por Carlos Arteaga, mejor conocido como “Cachucha”, quien fue su tutor empresarial y de quien recibió no solo las mejores sugerencias, sino correcciones que precisó, jamás olvidará.
“Lo recuerdo con especial estima, pues su paciencia, sapiencia y amabilidad, me ayudaron a crecer y a adaptarme con esmero, pasión, paso a paso, día a día, en una empresa y en una profesión, que ya comenzaba a formar parte de mi vida. Fue mi primer reto, mi primera experiencia, y por lo tanto, el empeño y la dedicación era un trabajo que al final debía convertirse en una montaña”.
Rememoró que para ese entonces su labor era redactar notas de comunidad e información general, pero sin salir a “patear calle”, sino a partir de fotografías impresas y notas de prensa cortas, que debía convertir en una cuartilla, en una máquina de escribir. “No había internet, ni todas las facilidades de hoy día. Era un trabajo de principiante, pero igual demandaba mucha creatividad, ingenio y profesionalismo”.
Jeetsica trabajó en este medio durante dos períodos: del 94 al 96, y del 98 al 2000. En el primer período, luego de culminar sus pasantías, comenzó a cubrir la fuente de Comunidad, en la cual duró pocos meses. Luego, le asignaron la responsabilidad de las fuentes de educación y salud, las cuales retomó al volver en el 98. A su vez precisó que en ambas lograron hacer grandes amistades y buenas relaciones laborales.
“Dominar las fuentes fue un reto que asumí de manera personal. Dar un tubazo, contar nuevas historias, nuevos temas con exclusiva veracidad y objetividad, cubrir las protestas, informar sobre cómo prevenir enfermedades, indagar hasta llegar al fondo de la verdad, siempre fueron mi norte desde el primer momento que comencé a patear calle”.
“Hoy día lo mantengo: Avance no fue mi escuela, fue mi universidad. Allí viví lo bueno, lo súper bueno y lo no tan bueno del periodismo”.
Comunicación y compañerismo
Por otro lado, agregó que tuvo la suerte de trabajar con grandes profesionales como Joel Aranguren, quien fue su primer compañero de calle. “En una moto Jog, recorríamos cada comunidad de Los Teques. Aguantando sol y lluvia, él con su cámara y yo con mi grabador y mi libreta, jamás dejamos de cumplirle a los vecinos y de ser la plataforma para la solución de los problemas que nos comunicaban”.
De igual forma, aseveró que con Joel vivió decenas de anécdotas que les sacó risas, angustias y lágrimas, “en una ocasión íbamos en una cola por el centro, él perdió el equilibrio de la moto, lo que hizo que me golpeara la rodilla derecha con el parachoque de un carro, por fortuna no me lesioné, pero nos asustamos y al mismo tiempo morimos de risa”.
Para ella, sus compañeros de labor, desde periodistas, gráficos y hasta de administración, fueron personas comprometidas y amables, con las cuales se podía charlar saboreando un rico café en la mañana, o una bebida espirituosa los viernes al concluir la faena. Y con todos mantiene contacto en las redes sociales.
“Conversamos, nos saludamos esporádicamente, y de hecho, esta edición especial de Avance, nos ha servido a algunos para actualizarnos y rememorar anécdotas. Alguien que significó mucho en mi vida personal fue la recepcionista Rosa Cartaya, con quien mantengo conversaciones de hasta 2 horas de vez en cuando. Es mi gran amiga”.
Fernández considera que la dinámica y la metodología ha sido siempre progresar. Desde el punto de vista tecnológico, además que este periódico siempre ha estado a la vanguardia, en la innovación.
“Con la implementación de la tecnología MAC, las computadoras y todo el aparataje digital, el profesionalismo y compromiso, fueron mayores al momento de ejercer nuestra labor. Durante mi estadía en la empresa, escuchaba hablar de “la nueva sede”, proyecto que con el tiempo, el señor Rómulo logró hacer realidad, y de lo cual me alegré”.
Emprendedora excepcional
Después de salir de Avance, tuvo la oportunidad de ejercer la profesión en medios impresos y audiovisuales de Maracay, estado Aragua, donde reside desde hace 17 años. En cargos como corresponsal, coordinadora de prensa y asistente Parlamentaria y los combinó durante 10 años con la docencia universitaria, experiencia que le permitió crecer en esta carrera, sobre todo, afianzar su pasión y vocación por ella.
“A todos los alumnos que tuve el honor de instruir durante 20 períodos académicos, traté de hacer llegar el mensaje de que la redacción es un arte, y que la verdad periodística debe estar por encima de todo. Para mí defender la verdad noticiosa es defender mi ética y mi reputación”.
Hace 3 años decidió “colgar” la libreta y el bolígrafo, para probar suerte en una nueva faceta de emprendedora en el área textil, la cual considera que ha sido una batalla tan extrema como enriquecedora. “Comparándola con el diarismo, es bonita pero ardua. Total, nadie dijo que sería fácil. Y de eso se trata la vida, de asumir y enfrentar retos, adaptándonos a los cambios”.
Para finalizar, puntualizó que antes era una época diferente a la actual en todos los sentidos. Se trabajaba “con las uñas”, “podíamos preguntar lo que fuese, al menos yo lo hacía. La generación de hoy dispone de todas las herramientas tecnológicas y medios para cubrir y redactar un hecho noticioso, pero en contraposición, las condiciones políticas les generan limitaciones. Sin embargo, creo que lo que jamás deberá cambiar es el compromiso con la profesión, con la verdad. El Periodismo debe ser intocable y ejercerse con celos y reclamos”./RR/lb/