Investigadores de la Universidad de Quito y de diferentes instituciones de Estados Unidos han descubierto una nueva especie de rana de cristal en la selva amazónica de Ecuador. El anfibio, bautizado de Hyalinobatrachium yaku, se diferencia de sus congéneres por tener una serie de puntos de color verde oscuro en la cabeza y cuerpo, un canto de larga duración (hasta cuatro segundos) y mayor frecuencia, además del pericardio transparente, que permite observar los latidos de corazón a través de su piel.
Otra particularidad de ese anfibio es su comportamiento reproductivo: los machos son los responsables de guardar los huevos debajo de las hojas de un árbol hasta que eclosionan y caen en la corriente de agua. Los biólogos alertan que la nueva especie ya está en peligro de extinción, debido a la explotación petrolera en su hábitat. “Las ranas de cristal necesitan arroyos totalmente limpios para procrear. Si esa agua se seca o se contamina, esos anfibios no pueden sobrevivir”, escriben.
La construcción de carreteras también es una amenaza. Los investigadores señalan que la presencia de una autopista en una localidad llamada San José de Payamino ha afectado la abundancia y diversidad de los anfibios. Todos los registros de H. yaku en este sitio estaban a más de un kilómetro del borde de la carretera. “Las ranas de cristal requieren tramos continuos de bosque para interactuar con poblaciones cercanas, y las vías actúan como barreras para la dispersión de individuos transitorios”, alertan los biólogos, que piden al Gobierno de Ecuador medidas para preservar la especie. “Esos animales nos pueden ayudar a entender el patrón evolutivo que ha hecho con que algunos anfibios sean transparentes”, concluyen.