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“Lo más importante es la satisfacción de los clientes”

“El Varón” lleva 20 años en la famosa Barbería Capote

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Periodistas de Avance

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*Constancia, dedicación y mucha empatía son la clave de cada labor

Los Teques guarda una gran cantidad de historias, muchos lugares y personajes han dejado huella en el transcurrir del tiempo, algunos aún mantienen vigencia incluso a través del legado que han dejado.

Reflejo de ello es la historia de Julio César Márquez, mejor conocido entre sus amigos y clientes como “El Varón”, lleva treinta y cinco años dedicado a la labor de ser barbero, veinte de los cuales han transcurrido en la reconocida Barbería Capote, ubicada en la calle Guaicaipuro a la altura de la famosa esquina El Dato.

Antes de anclarse allí trabajó por cinco años en la barbería Centro de Amigos de la avenida Bermúdez, la cual considera su escuela porque en ella aprendió al lado de doce conocedores de la materia que lo indujeron cuando tenía 18 años de edad en las técnicas más importantes que lo llevarían a satisfacer las exigencias de cada cliente, posteriormente laboró en la peluquería Mustache situada en el Paseo Mirandino, donde permaneció cuatro años.

Sostiene que la clave para surgir en ese oficio es ponerle mucho empeño, mantener un excelente trato con los clientes y ofrecerles resultados de calidad en el corte que están buscando, al tiempo de ser constante y querer lo que se hace.

“A pesar de que tengo conocimientos en el área de peluquería me dediqué de lleno a realizar cortes de cabello a los caballeros, pienso que son un mercado más sencillo, pero no por ello menos exigente”.

Recordó que quién le aconsejó que se dedicara a trabajar en ello fue su mamá y afortunadamente ha tenido un gran desempeño, al punto que además de la trayectoria que lo respalda está el hecho de la gran cantidad de clientes que lo buscan para “afeitarse”.

La emblemática Barbería Capote

Es una de las más simbólicas y reconocidas en Los Teques, tiene 65 años en la ciudad, Márquez refiere que cada mañana al abrir el negocio los temas que comúnmente surgen en esas sillas frente a los espejos es el día a día del país.

Al lugar recurren con mucha frecuencia niños, jóvenes y adultos, entre tres y cuatro generaciones hacen parte de la historia de esa antiquísima pero importante barbería. Señaló que lo que más le gusta de su trabajo es el trato con el público, muchos de sus clientes se han convertido en sus grandes amigos, para él lo más importante y gratificante es que la gente quede satisfecha y vuelva por el servicio una y otra vez.

El seudónimo de El Varón, surgió de un cliente que tuvo en la barbería Centro de Amigos que cada vez que lo saludaba se dirigía a Julio César de esa manera, paulatinamente sus compañeros de trabajo así como el resto de los clientes y amigos secundaron esa costumbre y de esa manera quedó identificado desde ese entonces y hasta la fecha con ese apodo.

Refirió que existe gran cantidad de personas que tienen prácticamente toda su vida cortándose el cabello allí. “Tengo un cliente que lleva alrededor de 50 años viniendo religiosamente a la barbería, calculo que debe tener unos 76 o 78 años de edad, eso es historia, fidelidad y empatía lo que nos compromete y motiva a dar lo mejor de nosotros cada día”.

Una mirada al pasado

Marcelino Mejías, destacado artista plástico de nuestra ciudad relató que guarda gratos recuerdos de ese icónico lugar de Los Teques, incluso mencionó que su hijo quien hoy tiene 46 años se afeita allí desde muy niño, cuando en el lugar existía una silla en forma de caballito de madera para que los mas pequeños se sintieran cómodos y agradados.

Narró que el señor Capote llegó a la ciudad del clima ideal proveniente de las Islas Canarias cargado de sueños y esperanzas, hasta que en un momento dado inauguró su famosa barbería y caló como uno de los mejores por la excelencia de su trabajo, además del trato tan amable que brindaba a todo aquel que llegaba allí. “Él se ha caracterizado siempre por ser muy buen conversador y su historia en estas tierras es tan nuestra que la gran mayoría de los habitantes de aquí le profesamos mucho cariño y respeto”.

Mejías refirió que La Esquina El Dato fue un gran punto de partida para ese negocio porque allí desde siempre han hecho vida social los caballeros que con frecuencia visitaban la Plaza Bolívar, costumbre que aún se mantiene a pesar de los años, explicó que el nombre de la esquina nació de esas tertulias diarias porque para la época a los comentarios se les llamaba datos y por ello quedó bautizada en la memoria de los tequeños de esa forma.

“Capote tenía en la barbería un espacio para el sellado del 5 y 6, mucha gente cuenta que el nombre de la esquina también proviene de los datos tan acertados que él le daba a los rematadores de caballo quienes ganaban muchísimas veces a causa de esa referencia, con ello atraía también clientes para la barbería”./Maribel Sánchez/gp/Foto Daniel Linares

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