Nelson Nunes revela detalles de la construcción del Templo
MARIBEL SÁNCHEZ
“Para mí ha sido una gran experiencia hacer parte de este equipo que ha estado detrás de la construcción de esta obra, recuerdo que inicié desde mucho antes de la colocación de la piedra fundacional. Al momento de crearse la Asociación Civil Amigos de Nuestra Señora de Fátima no quise involucrarme en ningún cargo, pero siempre estuve dispuesto a trabajar en aras de hacer posible aquella idea que hoy es una realidad palpable”.
De esta manera abre la entrevista Nelson Nunes Sousa, coordinador del área de Infraestructura en la Iglesia de Fátima; al consultarle acerca de sus experiencias durante los 15 años que lleva vinculado a la obra.
El empresario refiere que entre sus labores iniciales estaba conseguir quien se sumara a realizar aportes que encaminaran el arranque del proyecto. “Entre los primeros que recuerdo están el grupo del doctor Báez, Mauricio Turbaez, la gente de Automercados San Diego, Unicasa, entre otros. Con sus contribuciones comenzamos a abrir huecos y enterrar cabillas, hacer movimientos de tierra”.
En sus remembranzas trajo a colación lo difícil que fueron los primeros años, en virtud de que por lo medianamente lento que se iban logrando las cosas y por haber empezado por el área del estacionamiento, muchos llegaron a dudar que fuera una iglesia lo que se edificaría. No obstante, cuando empezó a agarrar cuerpo, la gente se sintió mucho más confiada y entusiasmada.
Señales Divinas
Entre las anécdotas que Nunes recuerda con especial énfasis dos muy puntuales. La primera tiene que ver con un colaborador al que calificó de extraordinario, su nombre Manuel Da Silva, era el encargado de la obra desde el momento cero hasta terminada la estructura.
“Él se retiró cuatro años antes de la consagración porque la estructura estaba lista. Destacó siempre por ser muy consecuente, muy ahorrativo, se entendía bien con todo el personal pero solía ser muy regañón y la verdad era alguien de muy poca fe”.
Detalla que todo cambió tras un suceso que le dio un giro inesperado a la incredulidad del personaje. “Una vez, teníamos un camión cargado de concreto frente a la obra, alrededor de 30 toneladas tal vez; resulta que al vehículo se le fueron los frenos de pronto y se fue en picada, pero resultó detenido por una columna sobre las que se estaba construyendo nuestra obra, y que solo dio mínimas muestras de afectación”.
Tras este hecho, el cual fue presenciado por Da Silva, todos comenzaron a decir que se trataba de un milagro o una señal de la Virgen, dado que un camión desenfrenado con esa magnitud de carga y peso pudo generar mayores consecuencias.
Promotores de esperanza
La otra anécdota a la cual hizo referencia el Coordinador del área de Infraestructura en la Iglesia de Fátima, tuvo lugar en el año 2014. “Para esa época estaba muy difícil hallar concreto en el país, era una labor prácticamente titánica, tocamos muchas puertas y en ninguna hallábamos solución”.
Prosigue su relato argumentando que sus angustias encontraron sosiego cuando el presidente de la Cámara Venezolana de Cemento hizo acto de presencia en los espacios de la construcción del Santuario para aportar su “granito de arena”.
¿Cómo supo él de lo que estaba ocurriendo? A través de un obrero, quien había asistido a las misas en el terreno, que ya llevaba forma en los estacionamientos y había prestado atención a las súplicas del Padre durante la homilía de quienes pudieran brindar información para conseguir cemento. El joven lo comentó a la secretaria del referido funcionario y este a su vez hizo algunas gestiones para donar 1000 metros de concreto cúbicos.
Orgullo internacional
Con respecto a las satisfacciones de carácter personal, que ha cosechado tras estos 15 años de ardua pero fructífera labor, Nunes menciona la designación que le hicieron desde el gobierno de Madeira en 2022.
“Me nombraron Consejero de las Comunidades de Madeira. Acudí a un fórum donde había consejeros de diferentes partes del mundo; dos de ellos, con 35 años de antigüedad dentro de ese organismo en su haber, uno de Bélgica y otro de Sudáfrica me solicitaron que hiciera llegar a todo el equipo de trabajo en Venezuela sus más sinceras felicitaciones; porque de acuerdo con ellos, no existe en ninguna parte del mundo una obra de la magnitud de nuestro Santuario, el que tenemos en Llano Alto”.