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San Pedro, cuna del café en la región

Río San Pedro

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23/10/15.- San Pedro de Los Altos es una población conocida por sus cultivos que frutas, verduras, flores y demás sembradíos; pero pocos saben que en algún momento de la historia fue la cuna de la actividad cafetera en la ciudad de Los Teques.

Por allá, a principios del siglo 20, el pueblo fue una potencia cafetera y es Nilda Martínez, nacida y criada en el lugar, quien contó cómo en los años mozos de sus padres, los sampredreños se dedicaron en su totalidad a la siembra, procesamiento y venta de café, tanto dentro del territorio nacional como hacia el exterior.

“Mi papá fue Jacinto Martínez y mi madre fue María Teresa Espinoza, hija de Luis Espinoza quien fuese trabajador de la oficina del café El Socorro, que funcionó en el siglo pasado en el pueblo y estuvo ubicada donde actualmente está el colegio Juan de Dios Guanche, empresa que manejaba Sabelio Russo y posteriormente se la heredó a Pedro Russo Ferrer”, confesó.

Relató que a principios del siglo pasado, la familia estaba unida, porque las mujeres trabajaban escogiendo el café, -que consiste en identificar el cerezo y separarlo de la broca-, y llevaban a sus hijos consigo. Luego sus esposos se encargaban de trasladarlo hasta las procesadoras y molerlo, mientras que los niños se bañaban y jugaban en el río; era una experiencia familiar.

” Mi familia cuenta que el café hecho aquí era una potencia, pues mis padres y abuelos contaban que lo que se producía aquí era exportado a distintos países, incluido Estados Unidos. En esa época se sembraba en las montañas y las personas metían el café en sacos y los bajaban en burros hasta la procesadora”, destacó.

Contó que San Pedro era y sigue siendo muy rico ya que tiene un montón de nacientes de agua y varias de ellas, a través de canalizaciones, llegaba a las tres oficinas del café: El Socorro, la del señor Manuel Gómez, y una casa vieja de bahareque de Julián Martínez, ubicada donde está el banco actualmente.

Más petróleo y menos agricultura

Aseveró que con la llegada del boom petrolero en los años ’50, se perdió el trabajo del café, pues las tierras fueron abandonadas, no tanto por los trabajadores, sino por los dueños de las procesadoras, quienes se olvidaron de la importancia de trabajarla e invirtieron su capital en el negocio que prometía ofrecerles mejores frutos económicos.

“En aquella época los habitantes de la zona trabajaban en las haciendas de café que existían en el pueblo y contaban con un maravilloso río sano y limpio. Pero el oro negro se llevó eso”, agregó.

Clausura definitiva y propuestas actuales

“En la década de los ´70 los trabajadores lucharon para que no se tumbara la oficina de café, pero no lo consiguieron y se acabaron las ilusiones de mantenerlo como patrimonio local”, relató.

Indicó que se hicieron intentos recientes por retomar el trabajo de café en la zona, pero las políticas del Gobierno lo hacen cuesta arriba, porque no llegan hasta las personas que están preparadas para hacerlo. “Incluso hemos conversado para tener un café que lleve el nombre del pueblo”, manifestó.

Sostuvo que falta mayor comunicación entre las partes, pues los terrenos en la zona están aptos para la siembra del café; además, existen haciendas abandonadas donde sólo falta limpiar la broca para poder trabajarlas. “Hace falta la voluntad política y económica para concretarlo”, concluyó.

Otras tradiciones perdidas

Recordó que el pueblo perdió otras tradiciones como La Fiesta de San Pedro, celebrada el 29 de junio. “Aquí traían el parque mecánico, los carritos chocones, la rueda, el juego de envite y azar, conjuntos musicales y se hacían las carreras de saco, el huevo y la cucharilla, el palo encebado, el cochino con manteca y eran en horas de la mañana porque en esa época, los años ´60, sólo habían tres autobuses y la carretera era algo accidentada”, detalló.

Añadió que otra de las cosas que disfrutaban mucho eran las misas de aguinaldos, celebradas a las 4:00 am por el sacerdote Miguel Chalbo, que ahora se hacen a las 7:00 pm por la inseguridad y no saben si las puedan mantener.

Asimismo, indicó que cada 13 de octubre se celebra la última aparición de la Virgen de Fátima, tradición que adoptaron de los vecinos lusitanos y que se celebraban con carne en vara, parrilla, juegos tradicionales.

Por: Paul León/Foto: Gabriel Ordóñez

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