Es conocido por profesionales de las áreas de pediatría y nutrición, los conflictos que crea en la familia, esos niños difíciles que rechazan los alimentos que son proporcionados por sus padres, ocasionando angustia y preocupación.

“Alimentar a un niño, no sólo es satisfacer sus necesidades fisiológicas, sino también cumplir con los requerimientos psicológicos individuales”. Indicó la nutricionista Nancy Gómez

Añadió que la problemática de estos pequeños que no comen se debe enfocar como una unidad tridimensional, en la que las características, biológicas, psicológicas y sociales son inseparables.

“Todos los especialistas de esta área, están de acuerdo que la prevención es la mejor manera de combatir, todos los trastornos relacionados con nutrición, que en muchos casos son causados por patrones alimenticios que han sido establecidos por su propia familia”.

Enfatizó que “existen factores que condiciones la aceptación de los alimentos, como la actitud de los padres y del niño frente a la comida y el ambiente donde come el infante, los cuales influyen considerablemente”.

“En cuanto a hábitos alimenticios la educación es la mejor manera de combatir de manera preventiva la mayoría de los trastornos de nutrición, que pueden llevar a la obesidad, la bulimia y la anorexia nerviosa, que en muchos casos, son causados por patrones de alimentación del niño en su etapa más precoz”. EF/rp